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Jueves 16/06/2011. Actualizado 21:36h.
CULTURA | En la Casa de la Provincia
Francisco García Tortosa, en medio de sus alumnos del seminario de lectura. | E.M.
El 16 de junio es un día mágico en el que se confunden la realidad y la ficción, lo real y lo imaginario. Es la jornada –el 16 de junio de 1904– en la que se desarrolla la acción de 'Ulises', la novela de James Joyce. Es natural que se celebre en Dublín, ciudad natal del escritor y lugar donde se desarrolla la historia, también en otros lugares relacionados con el autor como París o Trieste, donde vivió, o en Zurich, donde fue enterrado. Pero ¿y en Sevilla?
¿Qué relación puede guardar esta ciudad con el autor de la novela que cambió la historia de la literatura? Y otro asunto especial: ¿es posible celebrar una novela llena de evocaciones irlandesas con lluvias, nieblas y gabardinas mojadas en una ciudad cuyos termómetros marcan cuarenta grados?
Son muchas las afortunadas circunstancias que hacen que Sevilla sea un lugar de referencia para los amantes de la gran novela. En primer lugar, la cantidad de joyceanos que desde hace tiempo impulsan esta fiesta literaria, el Bloomsday, o día de Leopold Bloom, el protagonista de la novela. Lectores que adoran esta novela y que desde hace años leen públicamente fragmentos de 'Ulises' y luego se reúnen para celebrar la jornada con cerveza y riñones fritos –el desayuno que tomaba Leopold Bloom– en el pub irlandés Flaherty junto a la Catedral.
Los fragmentos de la novela se leerán hoy en la Casa de la Provincia, ya que la Diputación de Sevilla es la institución que todos los años se implica en esta celebración. Como cada año, todos los lectores de Joyce se reunirán en la azotea de este edificio, con el espectacular fondo de la Catedral y la Giralda, para leer en varios idiomas los pasajes preferidos de la novela.
Hay muchos joyceanos declarados en Sevilla. Por citar sólo a algunos: Juan Antonio Maesso, director del Festival de Danza de Itálica; el poeta, traductor y editor Antonio Rivero Taravillo; Antonio Molina Flores, profesor de Estética gran amigo y además personaje literario de otro joyceano incurable, el escritor Enrique Vila-Matas, miembro de la orden del Finnegans; el periodista Francisco Correal; el escritor Eduardo Jordá y, por supuesto, Francisco García Tortosa, traductor de 'Ulises'.
Precisamente, García Tortosa se ha dedicado en los últimos meses a preparar la cita joyceana. Este profesor ha impartido todos los jueves un seminario, patrocinado también por la Diputación, que ha consistido en la lectura crítica de la novela.
García Tortosa confiesa que fue allá por 1977, al obtener la cátedra de Filología Inglesa de la Universidad de Sevilla, cuando quedó atrapado «quizás ya de por vida en la divinamente diabólica trampa del famoso dublinés».
Desde entonces se ha ocupado, junto a otros ilustres joyceanos, de convertir Sevilla en una inesperada ciudad de referencia para el 'Ulises' con la celebración de varios congresos y seminarios, además de singulares paseos por una Sevilla 'disfrazada' de Dublín: itinerarios por las torres de Sevilla –la del Oro y de la Plata– como torres Martello –el característico edificio de la costa dublinesca que aparece en el primer capítulo y donde vive Stephen Dedalus– e ingesta de cerveza a las orillas de un Guadalquivir transformado por el artificio de la literatura en el río Liffey.
Estos 'Jueves de Ulises' han reunido estos meses a variados a alumnos. Precisamente una de las asistentes fijas ha sido Cristina Torres, alumna de la Universidad de Sevilla, que este año ha decidido traducir al lenguaje de signos uno de los relatos incluidos en 'Dublineses', concretamente 'Los muertos', que inspiraría una de las películas más inspiradas de John Ford. «Es un proyecto pionero, ya que, hasta donde he podido averiguar, no existe una traducción de este autor en ninguna lengua de signos», explica.
Cristina Torres, que ya hizo un ensayo en la Asociación Española James Joyce en abril pasado en Salamanca, ha decidido llevar a cabo este proyecto, porque piensa que este colectivo necesita que la literatura también le llegue «en su lengua natural, que es la lengua de signos».
La fiesta literaria contará además con la participación del grupo Cordelia a partir de las 21 horas, en la azotea de la Casa de la Provincia, con un repertorio centrado en música tradicional irlandesa.